miércoles, 18 de abril de 2012

EDUCACIÒN EN LA ÈPOCA DE LOS CONSERVADORES Y LIBERALES

En la educación mexicana existen dos corrientes a partir del siglo XX la de los conservadores y los liberales. Por lo que se advierten dos políticas opuestas en la educación, a manera de reflejo de esas posiciones contrarias, los conservadores sostenían la enseñanza religiosa, los dogmas de la Iglesia católica, el principio de autoridad eclesiástica y civil, la idea de que nuestra nacionalidad dio principio en la conquista española etc., los liberales se empeñaban en la plena libertad de enseñanza, el término del monopolio en la educación, una instrucción basada en la ciencia, la popularización de la enseñanza, principalmente de la primaria, la democratización de la instrucción superior, la obligatoriedad de la enseñanza y el laicismo como oposición a la educación de los dogmas religiosos.
Las grandes transformaciones que se dieron en el siglo XVIII llevaron a una nueva concepción de Estado y de Educación. “La educación pública como el instrumento mediante el cual todo estado trata de formar hombres capaces de dar solución a los grandes problemas de la nación”. En el marco de la educación pública, el Gobierno atiende en particular la educación elemental y la formación de profesores. En 1857 se incluyo en la Constitución Política Mexicana ART. 3o. la enseñanza es libre, así como se determino qué profesiones necesitan Título para su ejercicio. Quedando establecido el 15 de Abril de 1861 y esta ley fue expedida por Juárez.
El panorama de la educación superior durante el porfiriato se presenta como una imagen desoladora. Los ideales postulados por los liberales, en años anteriores, en pos de popularizar la enseñanza languidecen entre las escasas instituciones que acogían a unos cuantos estudiantes. De los 9 millones de habitantes que existían en el país, en 1880, más del 80 % estaban condenados a la ignorancia y a la pobreza, la mayoría de las Universidades mantenían suspendidas las cátedras desde tiempos de la Reforma. Los institutos de enseñanza superior, creados por el estado, no lograban aun consolidarse como instituciones sólidas en la calidad y sistematización de la docencia.
Sin embargo se crea la Benemérita Escuela Nacional de Maestros, encargada de formar personas que atiendan los niveles básico (primaria) y medio (secundaria). Durante el Porfiriato antes de dar paso a lo que es la escuela normal, se tenían que emplear maestros empíricos. Primeramente en 1879 se fundaron en el Distrito Federal dos academias de profesores predecesoras de la Normal y en 1882 Joaquín Baranda manifestó que “el pensamiento dominante del gobierno” había sido y era “el de la fundación de una escuela Normal para crear, enaltecer y recompensar dignamente al magisterio”. Acordó entonces, junto con el presidente Manuel González, que el periodista, escritor y maestro Ignacio Altamirano, cuya trayectoria en materia educativa era bien conocida, formulara un proyecto de organización de la Escuela Normal de Profesores.