miércoles, 18 de abril de 2012

REFORMA EDUCATIVA

La reforma educativa de 1970 intento cubrir tres aspectos fundamentales:
a)La actualización de los métodos, técnicas e instrumentos para dinamizar el proceso enseñanza, aprendizaje.
b)La extensión de los servicios educativos a una población tradicionalmente marginada, mediante la aplicación sistemática de medios pedagógica modernizados.
c)Flexibilidad del sistema educativo para facilitar la movilidad horizontal y vertical de los educandos entre la diversidad de tipos y modalidades del aprendizaje.
El Instituto Nacional de la Investigación Científica reunió la colaboración de mas de ochocientas personas en 1969, para elaborar un estudio de la ciencia y tecnología en el país que sirvió para determinar los objetivos y funciones del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología fundado en 1971. A la nueva institución correspondía la definición de la política científica y tecnológica que auspiciara la solución a problemas prácticos y relacionados con el desarrollo. El medio para reducir grados acusados de dependencia tecnológica, ampliar la industrialización y disminuir las desigualdades entre la población mediante políticas de redistribución del ingreso quedo esclarecido en el quehacer de los pilares del avance de la nación: educación, ciencia y tecnología.
El CONACYT se ha encargado de iniciar la coordinación del sistema científico – tecnológico con la intención de:
a)Cubrir las áreas de investigación y desarrollo que previamente estuvieran substancialmente o enteramente desatendidas.
b)Procurar una mayor vinculación entre las actividades de investigación y desarrollo y la de los sectores educativos, productivo y científico – tecnológico y,
c)Suministrar servicios de apoyo tanto para el desenvolvimiento de las actividades productivas como las de ciencia y tecnología.

Hasta 1955 la Pedagogía era estudiada como posgrado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, fecha en que es creado el Colegio de Pedagogía cuya experiencia permite surgir en 1959, bajo la administración del doctor Francisco Larroyo, la idea de fundar una licenciatura en Pedagogía, concediéndose a los licenciados el título de Pedagogo, y a los estudios superiores los grados de Maestro y Doctor en Pedagogía. La licenciatura en Pedagogía de la UNAM comenzó con el plan de 1960, reformado en 1966 y 1972; posteriormente ha sufrido modificaciones para adecuarlo a los nuevos requerimientos de nuestra sociedad.

La Universidad Pedagógica Nacional empezó a funcionar en 1978 con cinco licenciaturas, una de las cuales era la de Pedagogía. En julio de 1995, se graduó la primera generación de egresados de la Maestría en Pedagogía de la Universidad Pedagógica Nacional. Como es natural en una institución tan joven, su planta docente ha obtenido sus doctorados mayoritariamente en la UNAM y varias otras instituciones de prestigio, sin embargo para el año dos mil egresaron de sus aulas los primeros doctores en Educación.

EDUCACIÒN SUPERIOR

Las características de la educación superior contemporánea de nuestro país fueron tejidas en medio de debates públicos y polémicos controvertidas alrededor de modelos filosóficos para la enseñanza, susceptibles de ajustarse a las necesidades de desarrollo económico y social de la sociedad revolucionaria. Durante el gobierno de Cárdenas se insistía en manifestar la necesidad de crear cuadros técnicos desde las aulas para capacitar al pueblo de México en los avances tecnológicos que eran necesarios para industrializar la nación. La cátedra libre ganaba simpatizantes entre maestros y alumnos que ponderaban la importancia teórica del análisis de problemas universales. La dependencia tecnológica de nuestra sociedad semicolonial paraba con recurso no renovables y con endeudamientos superiores a nuestra capacidad productiva para solventarlos, sin tener que sacrificar el desarrollo de una economía propia. Se creo el Instituto Politécnico Nacional, que sin necesidad de promulgar ninguna ley o decreto especifico, comenzó a funcionar en 1937, dentro de la estructura de la secretaria de Educación Publica. Favorecía a los egresados de la secundaria en aspectos específicos de las ciencias aplicadas y las técnicas industriales.

INFLUENCIAS EUROPEAS EN EL SIGLO XIX

Durante la última década del siglo XIX, los grupos educados en Universidades Europeas comienzan a transmitir las tendencias empiristas del positivismo. No solo en las aulas sino entre los funcionarios públicos, las ideas cientificistas se propagan en busca de postulados objetivos y experimentales. La concepción de la sociedad como un todo integrador daba pautas de conducta para definir los proyectos que con orden y evolución serian parte integrante de la estructura social mexicana hasta 1910. Los procedimientos metodológicos sometían al riguroso control gubernamental a los elementos que conformaban la lenta dinámica del sistema.
Por otro lado el Colegio de San Nicolás estableció en 1880 la administración de las profesiones conforme modelos franceses que dividían los estudios preparatorios para médicos, abogados y farmacéuticos. Justo Sierra subsecretario de Justicia e Instrucción Publica de 1901 a 1905, y, posteriormente responsable de la Secretaria de Instrucción Publica y Bellas Artes hasta 1911, promovió la reforma integral de la educación mexicana. El maestro Sierra afirmaba, con sus acciones, la convicción de que sin hombres bien preparados se hace imposible el gobierno y el progreso de las naciones. Así las ideas universitarias de una pedagogía social, expuestas por el maestro Sierra, conformaron el marco de actividades docentes y de investigación que habría de tener la Universidad.
En la época de Madero la situación del sistema educativo nacional reflejaba el ambiente que reinaba en el país. El nivel superior era el más abandonado a pesar de las pequeñas decisiones que tomaban las autoridades docentes y gubernamentales para encauzar la enseñanza propuesta por Justo Sierra a fines del porfiriato, principalmente la fundación de la Universidad Nacional de México.
Las manifestaciones de desarrollo de la educación técnica e industrial, durante el periodo de la revolución, se reducían a la existencia de planteles que enseñaban algunos oficios o carreras comerciales a hombres y mujeres. Pese a que la extracción del petróleo mexicano no se daño por el levantamiento armado, al personal nacional que laboraba en esta industria no se le permitía adiestramiento alguno, ya que los técnicos que dirigían las operaciones eran extranjeros.
El 5 de febrero de 1917 se promulga la actual Constitución mexicana en la ciudad de Querétaro. Con base en los principios dictados por los liberales en 1857, los carrancistas tomaron en consideración las propuestas del activo grupo de maestros que participaron en la revolución para la redacción del articulo 3o. que legalizaba la enseñanza libre y se responsabilizaba al estado de la instrucción publica. El maestro Antonio caso impartía lecciones de problemas; son los días de la Escuela de Altos Estudios, evocada por Alfonso Reyes.
La Secretaria de Instrucción Publica y Bellas Artes se transformo en departamentos, uno de ellos integraba, en una sola dirección, la enseñanza técnica y la universitaria. Las reformas al sistema educativo mexicano elevaron al nivel de facultades dos importantes establecimientos: la escuela nacional de Química y la Escuela Superior de Comercio que pertenecieron a la extinta Dirección de la Enseñanza Técnica.
Desde su llegada a México, Vasconcelos se dedico a trabajar arduamente en el programa educativo nacional. A partir de 1920 colaboro estrechamente con Obregón en el Departamento Universitario y de las Bellas Artes, fundado por Carranza en 1917, bajo la dirección intelectual de Vasconcelos se promulgo la ley que creo el Ministerio de Educación. Las aulas universitarias cobraban un cambio trascendental bajo la influencia y dirección de Vasconcelos. Como contraposición a las influencias positivistas que aun prevalecían en el ámbito educativo, el dinámico rector propicio el desarrollo de las actividades humanísticas que se beneficiaban con la participación de los miembros mas destacados del grupo de intelectuales del Ateneo de la Juventud José Vasconcelos, Antonio Caso, Ricardo Gómez Róbelo, Alfonso Reyes y Jesús T. Acevedo, Manuel Gómez Morín y Lombardo Toledano.
Como el primer Secretario de la nueva Institución Vasconcelos, inauguraba oficialmente los servicios de la SEP el 20 de julio de 1921 a partir de esta fecha la instrucción popular se concentraba en los departamentos que quedaban bajo su ministerio y de inmediato puso en marcha su proyecto para la alfabetización de la población rural mientras que se procuraba, paralelamente, elevar el nivel cultural del país.
Por primera vez en la historia de México podía accederse a través de traducciones, ensayos y artículos, publicados regularmente en la revista El Maestro, que, de 1921 a 1923, destacó por la calidad y la actualidad de su contenido. 75 000 ejemplares en cada tiraje llevaban un mensaje y una enseñanza a los maestros en todo el país. En lo que compete a la autonomía de la Universidad esta se busco desde 1917 sin conseguir resultados satisfactorios en las gestiones legales.
La enseñanza popular cobraba otro sentido durante el régimen callista; la alfabetización era un aspecto necesario para habilitar a la población a su participación activa en nuevas fuentes de trabajo vinculadas a labores de producción en gran escala, con manejo de maquinaria, que exigía entrenamiento previo de los trabajadores además de una programación y control de calidad adecuado, por manos de especialistas que, hasta este período, no existía en suficiente cantidad ni calidad. El modelo callista que prevaleció hasta la llegada a la presidencia de Lázaro Cárdenas, mostraba una finalidad radicalmente distinta a la mesiánica idea vasconceliana, enseñar y alfabetizar para preparar la infraestructura industrial; satisfacer las demandas de los grupos que presionan al Estado con establecimientos de educación superior y actividades artísticas y culturales.
Al término del régimen callista. México contaba con cinco Universidades estatales en los centros de mayor desarrollo y estas eran:
a) Universidad de Puebla fundada en 1917
b) Universidad Autónoma del Estado de Michoacán, fundada en 1917
c) Universidad Nacional del Suroeste inaugurada en 1922
d) Universidad de Guadalajara fundada en 1925
e) Instituto Científico y Literario de San Luís Potosí decretado como Universidad el 10 de enero de 1923.
En 1917 Venustiano Carranza reconoció la necesidad de separar la Universidad del Gobierno federal, como un organismo administrativo autónomo. Decía Carranza: La Universidad, libre, corresponderá “a los altos fines para que fue creada, subsistiendo ajena a las fluctuaciones de la política, independiente del poder público libre de toda intervención oficial y sin las limitaciones, la esclavitud burocrática y la tutela ministerial con que fue establecida en 1910 “.
Hacia 1933 el clima político de México se nacionalizaba gracias a los propulsores del socialismo; el ámbito educativo nacional aun no consolidaba una clara definición ni de su pedagogía ni de los objetivos de estudio, las herencias de las filosofías vitalista de los años veinte vivían aun en el ánimo académico de maestros y algunos de los intelectuales.
La educación superior en México, padecía una de las más agudas crisis de su historia como resultado de los conflictos entre el Estado revolucionario y los establecimientos educativos que defendían su derecho a participar de los beneficios que acarrea el conocimiento.

EDUCACIÒN EN LA ÈPOCA DE LOS CONSERVADORES Y LIBERALES

En la educación mexicana existen dos corrientes a partir del siglo XX la de los conservadores y los liberales. Por lo que se advierten dos políticas opuestas en la educación, a manera de reflejo de esas posiciones contrarias, los conservadores sostenían la enseñanza religiosa, los dogmas de la Iglesia católica, el principio de autoridad eclesiástica y civil, la idea de que nuestra nacionalidad dio principio en la conquista española etc., los liberales se empeñaban en la plena libertad de enseñanza, el término del monopolio en la educación, una instrucción basada en la ciencia, la popularización de la enseñanza, principalmente de la primaria, la democratización de la instrucción superior, la obligatoriedad de la enseñanza y el laicismo como oposición a la educación de los dogmas religiosos.
Las grandes transformaciones que se dieron en el siglo XVIII llevaron a una nueva concepción de Estado y de Educación. “La educación pública como el instrumento mediante el cual todo estado trata de formar hombres capaces de dar solución a los grandes problemas de la nación”. En el marco de la educación pública, el Gobierno atiende en particular la educación elemental y la formación de profesores. En 1857 se incluyo en la Constitución Política Mexicana ART. 3o. la enseñanza es libre, así como se determino qué profesiones necesitan Título para su ejercicio. Quedando establecido el 15 de Abril de 1861 y esta ley fue expedida por Juárez.
El panorama de la educación superior durante el porfiriato se presenta como una imagen desoladora. Los ideales postulados por los liberales, en años anteriores, en pos de popularizar la enseñanza languidecen entre las escasas instituciones que acogían a unos cuantos estudiantes. De los 9 millones de habitantes que existían en el país, en 1880, más del 80 % estaban condenados a la ignorancia y a la pobreza, la mayoría de las Universidades mantenían suspendidas las cátedras desde tiempos de la Reforma. Los institutos de enseñanza superior, creados por el estado, no lograban aun consolidarse como instituciones sólidas en la calidad y sistematización de la docencia.
Sin embargo se crea la Benemérita Escuela Nacional de Maestros, encargada de formar personas que atiendan los niveles básico (primaria) y medio (secundaria). Durante el Porfiriato antes de dar paso a lo que es la escuela normal, se tenían que emplear maestros empíricos. Primeramente en 1879 se fundaron en el Distrito Federal dos academias de profesores predecesoras de la Normal y en 1882 Joaquín Baranda manifestó que “el pensamiento dominante del gobierno” había sido y era “el de la fundación de una escuela Normal para crear, enaltecer y recompensar dignamente al magisterio”. Acordó entonces, junto con el presidente Manuel González, que el periodista, escritor y maestro Ignacio Altamirano, cuya trayectoria en materia educativa era bien conocida, formulara un proyecto de organización de la Escuela Normal de Profesores.

CREACIÒN DE LA REAL Y PONTIFÌCIA CIUDAD DE MÈXICO

La primera cédula de creación de la Real y Pontificia Universidad de México fue firmada en 1547, conforme a las constituciones de la Universidad de Salamanca; el virrey Antonio de Mendoza crea la segunda y definitiva se da a conocer en 1551. El siglo XVI es en la educación superior de la colonia un periodo de actividad fecunda al cubrir la demanda personal capacitado para labores administrativas de organización y control, emanadas de las actividades eclesiásticas y del virreinato mismo. Los colegios Universitarios se fundan a partir de 1573 con el propósito de cumplir este objetivo funcional; dividiéndose estos en tres tipos de Instituciones de acuerdo a las finalidades propias de la Enseñanza: El Colegio de Comendadores de San Ramón Nonato, responsable de la formación de los futuros funcionarios aptos para ayudar a gobernar. En los seminarios se formaran los criollos que se distinguirán como profesores y clérigos, el Colegio Mayor de Santa María de Todos los Santos, muy elitista para la selección de sus alumnos.
Durante el Imperio de Agustín de Iturbide, se fundan las escuelas lancasterianas. El instituto de ciencias y artes es fundado en Oaxaca en 1826, como resultado de las normas educativas fijadas en la constitución. En la época de Gómez Farias se pone en acción los proyectos constitucionales de 1824, en favor del sistema público de educación, define su actividad política como el gran promotor de la Instrucción popular del México Independiente, así el Estado y no el clero seria el responsable de las nuevas decisiones en materia educativa. La enseñanza superior se distribuiría en seis establecimientos descentralizados del ámbito Universitario: 1) el de estudios preparatorios, 2) el de estudios ideológicos y humanidades; 3) el de ciencias físicas y matemáticas; 4) el de ciencias medicas; 5) el de jurisprudencia; 6) el de ciencias eclesiásticas. Se organizo además, la Biblioteca Nacional y otras instituciones educativas; también para estas fechas la política educativa denotaba cierta flexibilidad para que cada Estado de la república ajustase los criterios legislativos locales y sus recursos disponibles a la educación publica respectiva, esta medida traería como consecuencia una enfática diferencia entre los servicios educativos mas favorecidos por el desarrollo.
Como un elemento de transición entre el agonizante pasado colonial y la recién lograda Independencia, encontramos en primera fila a don José Joaquín Fernández de Lizardi, activo intelectual que se dedicó al periodismo, la administración pública y la novela bajo el mismo común denominador: la crítica del antiguo régimen, sus instituciones y las formas de educación y socialización que permitían destacar no a los más capaces, sino a los más cínicos, relegando a los profesores, a la última clase de la sociedad. Su obra más importante “El periquito Sarniento”.
La Escuela Nacional Preparatoria inició sus labores el 1o. de febrero de 1868 en el edificio del Antiguo Colegio de San Ildefonso; su currícula se caracterizó desde un principio tanto por el enciclopedismo como por su estricto apego al método científico, como un medio para superar disputas estériles y conflictos de carácter religioso, que tantos muertos habían ya generado desde que empezó la lucha por la Independencia y aún antes. La pedagogía positivista y sus promotores, consideraban que era necesario enseñar los métodos de experimentación y deducción a los mexicanos para que dejaran de explicarse mágicamente el universo y la vida social. El hombre debía usar la inteligencia para descubrir, mediante el método científico, las leyes generales del mundo. Augusto Comte aporto con su clasificación de las ciencias al jerarquizar a éstas en un orden lógico que va de las más abstractas a las más concretas y complejas, empezando por las Matemáticas y terminando en la Sociología.

LA EDUCACIÒN INDÌGENA

La educación indígena durante los siglos XVI y XVII. De esta manera, de buena o de mala gana, la corona asignó dinero y hombres a la educación de los indígenas durante los trescientos años de la época colonial. Su principal ayuda durante el siglo XVI fue la iglesia católica, cuyos frailes, los franciscanos, dominicos y agustinos, dirigían las parroquias de los indios, llamadas “doctrinas”, y se encargaban de la evangelización y de la enseñanza. Sostenidos principalmente por el gobierno español, las órdenes religiosas inventaron métodos novedosos para transmitir los conocimientos religiosos— pinturas, catecismos con dibujos en vez de palabras, danza, teatro y música (métodos audiovisuales), además de enseñar las artes y oficios y fundar colegios de internados para indígenas durante el siglo XVI: los franciscanos en Tlatelolco, los jesuitas en Pátzcuaro, Tepozotlán y el colegio de San Gregorio en la ciudad de México.

En 1585 el III Concilio Mexicano legisló sobre dos puntos relacionados con la educación indígena. Prohibió la ordenación de los indios como sacerdotes y mandó que los párrocos usaran la lengua indígena de cada región para la evangelización. La primera disposición sirvió para desanimar los esfuerzos para promover estudios avanzados para los indígenas porque ya no podían llegar a ser sacerdotes de la iglesia católica. A pesar de la prohibición para las órdenes sacras, algunos indígenas asistieron a la Universidad de México para estudiar filosofía, gramática latina, derecho y medicina, ya que esa institución, fundada en 1551, estaba reservada para alumnos españoles y para indígenas nobles.

Las cédulas reales posteriores al siglo XVII reiteraron el doble mandato: la colocación en las doctrinas de sacerdotes que supieran las lenguas indígenas y el fomento de la enseñanza del castellano a los indios.

Durante el reinado del último rey de los Habsburgos, CARLOS II, el “hechizado”, se expidieron una serie de cédulas reales, relacionadas con la queja del arzobispo de Lima de que había sido “tan conservada en esos naturales su lengua india como si estuvieran en el imperio del inca”. Por primera vez se hablaba de “escuela”, y no sólo de “maestros”, para la enseñanza del castellano. También se inició en la legislación el mandato de enseñar a “leer y escribir” a los indios. En 1693 el rey encargó el fomento de las escuelas a las autoridades civiles locales (los alcaldes mayores) porque ellos eran los supervisores de las cajas de comunidad de los pueblos de indios, de donde se pagaba a los profesores. Estas cédulas se dirigían principalmente a los obispos de México, Puebla, Oaxaca, Michoacán y Guadalajara quienes respondieron que habían empezado a llevar a cabo la fundación de escuelas.

Los tres colegios internos para indígenas en Parras, Coahuila, en 1622; en San Luis de la Paz en 1640, añadido la escuela establecida en 1594; y el Colegio de San Javier, Puebla, en 1751, probablemente sirvieron, para la preparación de los alumnos nativos para ocupar puestos “eclesiásticos, políticos y civiles,” además de los seminarios diocesanos, fundados al final del XVII, que tenían becas para los seminaristas indios.

EDUCACIÒN DESPUÈS DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÈRICA

En mayo de 1493, el pontífice Alejandro VI señaló la manera en la cual España y Portugal se iban a repartir los terrenos descubiertos. “Os requerimos [que] queráis y debáis con ánimo pronto y celo de verdadera fe, inducir los pueblos que vivan en tales islas y tierras a que reciban la religión cristiana.” Luego concedió los territorios a cien leguas hacia el occidente de las Azores y el Cabo Verde, al mismo tiempo que les mandó “en virtud de santa obediencia… procuráis enviar a dichas tierras firmes e islas, hombres buenos, temerosos de Dios, doctos, sabios y expertos, para que instruyan a los susodichos naturales y moradores en la fe católica y les enseñen buenas costumbres.
La concesión que obligó a España a evangelizar a los naturales del Nuevo Mundo fue conocida como los “justos títulos.” La enseñanza a los nativos de la religión y de buenas costumbres era la condición que justificaba la concesión a la monarquía española de los territorios occidentales. Así, la educación indígena estaba ligada al derecho de España de dominar las nuevas tierras, porque debido a esta tarea evangelizadora ostentaban los “justos títulos” a las posesiones americanas.
Los franciscanos fueron los primeros frailes en arribar a la Nueva España entre los años de 1523 y 1536. Su preocupación principal fue la de evangelizar a los nativos de estos nuevos territorios, fueron los primeros que se interesaron por introducir un nuevo conocimiento.